sábado, 21 de septiembre de 2013

La armónica de cristal


Música celestial prohibida






Por: Diego Lázaro Ferrer.

La música siempre suele sorprenderme con las mil y un curiosidades, anécdotas y situaciones de las que ha sido y es participe en nuestra sociedad. Entre las varias investigaciones que realizo sobre el tema, me tope con un instrumento en particular, conocido por muy poca gente y que guarda una historia tan apasionante como oscura. Se trata de la armónica de cristal, en los siguientes párrafos sabremos un poco mas de ella.



Vista completa de la armónica de cristal.


La armónica de cristal  es un instrumento musical perteneciente a la familia de los idiófonos ( instrumentos cuyo sonido es producido por la vibración del propio cuerpo, sin el uso de cuerdas, membranas o columnas de aire). Esta basado en la superposición de platos o boles de cristal, alineados horizontalmente a través de un eje con correa, que conectado a un pedal gira mientras se toca humedeciendo la yema de los dedos en agua. La frotación de las yemas húmedas sobre los cristales producen un cálido y armonioso sonido.



Benjamin Franklin, creador de la armónica de cristal.


Fue inventada por Benjamin Franklin en 1762 luego de asistir a un concierto, donde el músico Edward Delaval, interpreto una serie de piezas utilizando copas de vino llenas de agua y mojando la yema de sus dedos para generar el sonido. Franklin quedo impresionado por el sonido y decidió perfeccionar el instrumento, reemplazando las copas por platos o boles de cristal. Se sabe que músicos como Mozart y Tchaikovsky lo utilizaron para componer diversas piezas musicales.



Adagio y rondo de W. Amadeus Mozart. Pieza compuesta para armónica de cristal


La leyenda oscura que se cierne sobre el instrumento, cuenta que quienes la tocaban llegaban a experimentar locura, depresión y posteriormente la muerte. Hoy en día se sabe que todo eso es parte del mito , ya que los diversos males físicos y emocionales que atacaron a sus ejecutantes estuvieron relacionados con el plomo con el cual estaban echos los cristales y no con su cálido sonido. Los dejo con un par de piezas que espero disfruten.



Dance of the sugar plum fairy de Tchakovsky, perteneciente a la Suite el cascanueses.


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